Capitulo 2: La voluntad de Cristo para el cortejo y las citas

Nathan Brummel

Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer. Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame esta por mujer, porque ella me agrada. -Jueces 14:1-3

Los solteros pueden conocer la voluntad de Dios para sus vidas personales, así como para sus vidas en la iglesia y en el reino de Dios. La vida de soltero es honorable y ha de ser afirmada. Los solteros del pacto tienen especial oportunidad para entregarse a las cosas del Señor.

Sin embargo, fijemos ahora nuestra atención en el consejo y las citas. El sí casarse, no casarse o con quién casarse son decisiones grandes, transcendentales e importantes en la vida de todo soltero.

La Palabra de Dios alienta a algunos de los que están solteros a permanecer así (si tienen el don) por el bien del reino. Si tienes el don de continencia, entonces permanece soltero para la gloria de Cristo. Sin embargo, otros deben discernir con qué persona casarse.

Dios desea que muchos de nosotros se casen. Se nos dice que fructifiquemos y nos multipliquemos. La Biblia nos dice que es mejor casarse que estarse quemando, que el matrimonio ha de mantenerse en honra. ¡Qué importante decisión es el matrimonio! Y ciertamente no es una decisión que deba tomarse rápido o precipitadamente, como hizo Sansón. Tu pareja lo será de por vida si Dios se sale con la suya.

Pero ¿cómo puedes saber la voluntad de Dios en tu cortejo, citas y matrimonio? Muchos solteros se confunden en cuanto al asunto de conocer la voluntad de Dios para su estado marital. Esto sucede porque utilizamos la palabra «voluntad» tanto para hablar de la voluntad perceptiva de Dios como de su voluntad de decreto.

La voluntad perceptiva de Dios es su voluntad de mandato. Dios manda «no os unáis en yugo desigual con los incrédulos». Abraham sabía que la voluntad de mandato de Dios era enviar a un criado anciano con la misión de encontrar una esposa en Harán. El anciano criado quería recibir ayuda a la hora de discernir la voluntad de decreto. Oró para que la joven ordenada se encontrase con él en un pozo y estuviera dispuesta a dar agua a todos sus camellos. Se ha de notar que oró para discernir la voluntad de Dios.

Lección en pureza

Dios llamó a Sansón a una vida de pureza como nazareo. Fue llamado a la pureza porque era un soltero del pacto. A su madre se le dijo: «He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte» (Jueces 13:7). «El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová» (Num 6:2).

Normalmente una persona tomaba el voto de ser un nazareo por un periodo limitado de tiempo. Pero este no era el caso para Sansón, pues Dios lo llamó a una vida de nazareo. La pureza interior de un nazareo se hacía evidente externamente de tres formas obvias: No podía cortar su cabello, ni beber vino, ni tocar un cuerpo muerto.

El Nuevo Testamento deja claro que Sansón fue un hombre de fe (Heb 11:32-34). Era un creyente preparado y dispuesto para luchar la batalla de la fe. Atacó a los enemigos de Dios con venganza y quiso liberar a Israel.

A pesar del pecado de Sansón, Dios le dio algo que poca gente en la Biblia recibió antes de la resurrección y regreso al cielo de Jesús. A Sansón le fue dado el Espíritu Santo, que lo inundaba de vez en cuando. «Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito» (Jue 14:6). Cuando un león rugió y lo atacó, Sansón no tenía armas, pero con rapidez y facilidad despedazó las fauces del león como si fuera un cabrito. Sansón no era un hombre musculoso, pero el Espíritu le dio un poder tremendo. Más tarde le fueron dadas confianza y poder para enfrentar a los filisteos.

Aun así, Sansón también era un pecador. Desobedeció a Dios de muchas formas, incluyendo el quebrantar sus votos nazareos e involucrarse en promiscuidad sexual como un estudiante de fraternidad. También fue un traidor al casarse con una mujer cuyo pueblo estaba oprimiendo a Israel. Los pecados de Sansón fueron sin embargo motivados con frecuencia por la venganza personal conforme luchaba con los enemigos de Dios. Casi podríamos decir que tenía buenas intenciones, pero actuaba por su cuenta en lugar de por la voluntad de Dios.

Dios aparta a los solteros del pacto a una vida santa. Estás llamado a buscar una compañera de vida solamente para la gloria de Dios. Si no estás buscando una pareja que te ayude a llevar gloria a Dios, tus motivaciones y objetivos para las citas y el matrimonio están equivocadas. Si el cortejo y las citas no se hacen para la gloria de Dios, tu bienestar espiritual y lo bueno de la persona con la que te citas están fuera de la voluntad de Dios. Cuando las citas se hacen principalmente por tener una relación física y una estima social, estás también fuera de la voluntad de Cristo. Es en la voluntad de Cristo solamente que los solteros del pacto se citan y casan «en el Señor» (alguien que también está unido con Cristo. O, como Pablo lo expresó, alguien que está «en Cristo»).

En la ley del Antiguo Testamento, Dios prohíbe los matrimonios con los cananeos para evitar que los israelitas se vean corrompidos por su idolatría. Dado que los filisteos eran cananeos, esto los incluía.

Dios dice «No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?» (2 Co 6:14).

Un cristiano no debería ligarse alguien que no tiene interés en hacer las cosas a la manera de Dios. El yugo desigual predispone a un cristiano a los compromisos. Es por esto que un consejero cristiano escribe: «Debido a esto, creemos que los cristianos no deberían tener relaciones de citas serias con no cristianos».[1]

Douglas Wilson escribe: «Argumentar que la Biblia solo prohíbe el matrimonio con un incrédulo, pero no prohíbe el cortejo de incrédulos es como defender que la Biblia prohíbe el asesinato, pero no el intento de asesinato». ¿Qué sucede si tú eres un creyente maduro, pero la persona con la que has comenzado a salir es una nueva cristiana? Con sabiduría, el mismo consejero cristiano escribe: «Si eres un creyente más maduro, de nuevo es bueno esperar hasta que la fe del nuevo cristiano se haya asentado antes de hacer compromisos más profundos».[2]

Douglas Wilson pregunta: «Pero ¿Qué es un cristiano?» «Ciertamente, se puede establecer un yugo desigual entre un creyente genuino y un falso profesante». Mucha gente joven se ha mentido a sí misma justo en este punto: «Bueno, ella viene a la iglesia conmigo». Expresó interés en ir a la iglesia y al estudio bíblico. Pero no puedes suponer que solo porque una persona realice ciertos actos externos sea un auténtico creyente. Los solteros no pueden permitirse ser ingenuos y crédulos cuando se citan con otro soltero que dice ser cristiano a pesar de una clara evidencia que prueba lo contrario.

Esto significa que debes mantenerte en guardia, no sospechar o juzgar en exceso, simplemente ser cuidadoso y tener discernimiento. Esto significa que debes saber cuáles son las marcas que identifican a un hipócrita: Son amigos del mundo, aunque intenten esconderlo a otros.

«¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios» (Stg 4:4).

Con frecuencia los jóvenes se mienten a sí mismos acerca de alguna persona que, en el fondo, saben que es un hipócrita. ¿Cuántos cristianos se han casado con una persona que afirmaba ser cristiana y que incluso asistía a la iglesia mientras salían a citas, solo para descubrir más tarde, cuando esa persona mostró sus verdaderos colores, lo que de verdad es una mala relación?

¿Bebe demasiado la persona con la que estás saliendo? ¿Alguna vez? ¿Es honorable y respetuosa con la ley? ¿Es sexualmente pura? ¿Buscan la voluntad de Dios en su vida? ¿Te motivan en tu relación con Dios? ¿Te hace rendir cuentas por honrar a Dios en todo lo que haces y dices?

El soltero del santo pacto es un cristiano auténtico, y lo muestra con su vida. Además, busca la hermosura espiritual en una pareja. ¿Cuáles son las características y virtudes de una persona que puedes cortejar, con la que puedes tener citas y casarte? Incluyen evidencia de una verdadera conversión. Incluyen una tristeza profunda por los pecados pasados y presentes, una disposición a confesar los pecados y un espíritu humilde y enseñable. Mentir es una grave falta de carácter. Recuerda: el dominio propio, la paciencia, la benignidad y el amor son fruto del Espíritu.

Una persona verdaderamente convertida confía solo en Cristo para salvación. Toma la iniciativa en la lectura y estudio de la Biblia y tiene una vida de oración disciplinada. Entiende la autoridad instituida por Dios, y posee un interés sincero en la teología cristiana, la historia bíblica, y vivir una vida llena del Espíritu. Es feliz hablando de la doctrina bíblica y vive un estilo de vida santo.

La fórmula para el matrimonio hace confesar al novio que «vivirá santamente» con su esposa. Tiene el deseo de ser un miembro vivo y activo de la iglesia, es un buen trabajador, o, en el caso de la esposa, está preparada para trabajar duro en el hogar. Un futuro esposo debe ser un líder espiritual que puede guiarte en Cristo.

Debes tener citas y casarte por amor a Cristo y a su gloria. Al soltero cristiano debería moverlo la atracción espiritual. Busca a una futura esposa que sea atractiva por su santidad, amor, benignidad, obediencia y amor sacrificial. La Biblia dice: «Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; a los fieles guarda Jehová, y paga abundantemente al que procede con soberbia» (Sal 31:23).

La mujer de Timnat de Sansón no tenía la clase de carácter que debería atraer a un joven piadoso. Es solo por la gracia de Cristo que un joven soltero del pacto puede evitar citarse y casarse con una persona hermosa o guapa del mundo. Dada nuestra propensión a pecar y lo atraídos que somos a la carne, es una maravilla de la gracia que Dios libre a cualquier soltero cristiano de la tendencia a casarse por las razones equivocadas. Es solo por la cruz que existe el poder para amar a Cristo y desear honrarle en el cortejo y las citas.

Gobernado por la atracción carnal

Sansón fue un ejemplo terrible de cortejo para su generación. Fue a la ciudad filistea de Timnat donde se enamoró de pies a cabeza de una joven filistea. Ella era una filistea mundana. Su Dios quizás era Dagón, o una multitud de falsos dioses cananeos. Está claro que la atracción de Sansón era puramente romántica y sexual. Esencialmente, era esclavo de la lujuria. La Biblia dice «pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor» (1 Ts 4:3-4).

Bajo la influencia de sus impulsos románticos, Sansón comienza a diluir los requisitos de Dios. Se establece él mismo como juez de lo que es correcto. No reconoce la autoridad de las Escrituras, ni ora o busca la voluntad de Dios. Las últimas palabras del libro de Jueces son: «En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía» (Jue 21:25).

Una frase anterior del libro de los Jueces se refiere a la vista: «Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales» (Jue 2:11).

Pero volvamos con Sansón. Él exigió a sus padres que arreglaran un matrimonio con la mujer filistea.

Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer. (Jue 14:2). Sansón respondió a su padre: Tómame esta por mujer, porque ella me agrada (Jue 14:3).

Tanto su padre como su madre expresaron su preocupación: «Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos?».

Sansón (como muchos jóvenes adultos) se negó a escuchar la sabiduría de sus padres. Es rebelde contra Dios y la autoridad de sus padres, y no muestra ningún respeto por ellos.

Manoa (el padre de Sansón) cede ante su hijo y arregla el compromiso. «Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y… llegaron a las viñas de Timnat» (Jue 14:5). Al hacer esto, Manoa estaba permitiendo las pecaminosas decisiones de su hijo. Sus actos son también una demostración de la pobre paternidad de Manoa en cuanto a asuntos espirituales. Debía haberse mantenido firme a la hora de no permitir que Sansón escogiese la lujuria por encima de Dios. Como mínimo debería haberse negado a permitir y reconocer la decisión de su hijo.

Prestando atención a la autoridad

Hoy día, un soltero del pacto que se encuentre bajo presiones románticas puede considerar a la baja los requisitos de Cristo. Los temores de no casarse nunca pueden amenazar tus pensamientos. Podemos ceder ante una persona insistente o las expectativas de otras personas. Podemos soportar un comportamiento irrespetuoso por temor a estar solos. Estos temores pueden nublar tu juicio hasta el punto de no dar por terminada una relación después de darte cuenta de que deberías hacerlo.

En el día de hoy, son demasiados los jóvenes solteros que no son muy distintos de Sansón. Se resienten de que sus padres «entren a saco» en un área en la que un hijo del pacto tiene el derecho a hacer lo que quiera.

¿Qué deben hacer los padres? ¿Acaso es necio un padre por dar consejo? ¿Deben tomar una posición más firme o retirarse? ¿A qué grado deberían los padres apoyar un matrimonio de su hijo (o hija) con un incrédulo o cristiano nominal?

En la Biblia, con frecuencia los padres tuvieron participación en el proceso de encontrar pareja. La implicación y autoridad de los padres se reconocía y apreciaba. Hoy no debería ser diferente. Cuando los padres, en el día de hoy, emiten un juicio acerca de la sabiduría, diligencia y piedad de una persona con la que un hijo que depende de ellos está saliendo, eso debería verse como un consejo y dirección sabia. Debería verse y considerarse.

Esto hace que muchos jóvenes solteros se pregunten cuánto tiempo debe un hijo o una hija permanecer bajo la autoridad parental. ¿Debería limitarse dicha autoridad a ciertos aspectos de la vida del hijo, y no a otros?

El Antiguo Testamento enseña que un padre tiene autoridad sobre una hija que dependa de Él (Num 30:3-16). Un padre tenía la autoridad para anular un voto realizado por una hija que dependía de él. Lo mismo sucedía con un hijo dependiente. Así, si una hija hacía una promesa solemne a Dios con un voto (y consideraba que era precipitado), el padre podía anularlo. Si el padre podía apartar un voto de peso hacia Dios, ciertamente podía también hacer lo mismo con una promesa que una hija hiciese de salir en una cita con un joven necio.

Algunos han tratado de establecer reglas firmes en cada esfera, pero tu vida debería estar gobernada por el respeto y la sabiduría. Douglas Wilson ha escrito «La idea de que una joven pueda llegar a la edad de 18 o 19 y abandonar la casa del padre para ser independiente no es escritural. Ella permanece bajo la autoridad de su padre, incluso si está físicamente fuera de su hogar, y luego, cuando es entregada en matrimonio, se coloca bajo la autoridad de su esposo». Wilson admite que es diferente con las viudas. Yo cuestiono si una hija de 35 años que se ha mudado fuera de su casa y está sosteniéndose a sí misma sigue estando bajo la autoridad de su padre. Si lo está, tendría que someterse a la autoridad de éste en asuntos como el trabajo que puede hacer.

Thomas de Kempis nos comparte una gran sabiduría sobre este asunto: «Esto es gran sabiduría, no ser apresurado en acción o necio en nuestra propia opinión». También dice: «Toma consejo con un hombre que sea sabio y de buena conciencia, y busca ser instruido por alguien mejor que ti mismo, antes que seguir tus propias invenciones».

Es necesario que los padres amen, protejan y guíen a sus hijos en cuanto al cortejo y el matrimonio. Debes ser guiado por la sabiduría de Dios y los principios bíblicos.

Si un miembro de la iglesia actúa como Sansón, los ancianos tendrán que disciplinarlo. Ese soltero del pacto ha de ser llamado al arrepentimiento para la gloria de Dios y por el bien del pacto.

Juzgados por una providencia que gobierna

La Palabra de Dios testifica que las disciplinas acompañan al matrimonio con un hipócrita o incrédulo. Antes del diluvio, los hijos de Dios se casaron con las hijas de los hombres, comprometiendo y abandonando la fe.

Los matrimonios de Esaú fueron una espina en la carne de sus padres Isaac y Rebeca. Nehemías recibió la orden de arrancar el pelo de las barbas de aquellos hombres judíos que se habían casado con cananeas.

Volviendo una vez más a la historia de Sansón, vemos como Dios envía miseria y castigo en respuesta a la desobediencia y falta de respeto de Sansón. Casarse con una joven filistea no era la voluntad de Dios. Sin embargo, si era la voluntad de Dios en el sentido de que Él había decretado los hechos. Esto constituye un fuerte ejemplo de cómo Dios gobierna y utiliza el pecado humano para sus propios buenos propósitos.

George Ophoff escribió: «La otra razón para que quisiera casarse con la mujer de entre las hijas de los filisteos es que él creía ser cierto que los filisteos, con quienes entraría en contacto estrecho en la fiesta de bodas, le darían la ocasión que buscaba para comenzar su conflicto con ellos».

El profesor Ophoff añade: «El si fue a Timnat con este plan en su alma o si vino a él cuando puso por primera vez sus ojos sobre su esposa, o poco después, es algo que no puede determinarse». Por tanto, para garantizar una respuesta es necesaria una ofensa personal. Ophoff también explica que «Dado que él había de hacerles la guerra sólo, como un héroe solitario de Dios, como uno contra muchos, tenían que provocarle un daño personal antes de que pudiese comenzar a atacarles». Así, no es cierto que Sansón quisiera evitar el conflicto: quería y estaba ansioso por el conflicto. Quería destruir al enemigo para que Israel pudiera ser libre.

Dios gobierna el pecaminoso cortejo para darle una primera ocasión al juez Sansón para dar un golpe contra los opresores filisteos.

La boda de Sansón parece un funeral mientras su nueva esposa le ruega con lágrimas un día tras otro para que le diga la respuesta a la adivinanza. Pronto descubre que ella le traiciona y está del lado de sus enemigos.

Dios utiliza el «arado» que los filisteos hacen con la «novilla» de Sansón para crear la ocasión. Normalmente los granjeros no araban con novillas (vacas hembra). El error de los filisteos fue aprovecharse de su esposa. Dios utiliza esta ocasión para castigar a los filisteos, y comienza a librar a Israel de su dominio. «Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma» (Jue 14:19).

¿En base a qué estaban justificadas las acciones de Sansón, incluso los 30 hombres que mató para obtener su ropa? En primer lugar, todo filisteo merecía morir aparte de la traición de los 30 invitados, ya que eran malvados. En segundo lugar, Dios había ordenado a los israelitas matar a los habitantes de la tierra anteriormente, cuando entraron a la tierra de Canaán. No lo hicieron, llenando por tanto la copa de iniquidad. En tercer lugar, el llamado de Sansón como juez era luchar contra los filisteos. Éstos desafiaban a Dios y perseguían a su pueblo. No permitían a los israelitas tener armas, ¡ni siquiera podían afilar sus azadas! Sansón sabía que era la voluntad de Dios hacer la guerra contra los filisteos. Esto a pesar del hecho de que la gente de Israel se contentaba con ser aliada de ellos.

Si aplicamos esto a nuestras propias vidas, vemos que es la voluntad de Dios que hagamos la guerra a este mundo pecaminoso. Es una guerra espiritual, pero sigue siendo una guerra. Parte de esta guerra implica luchar contra las seducciones del diablo.

Dios tiene una voluntad de decreto para la vida de cada uno de los solteros del pacto. El salmo 37:5 dice: «Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará».

¿Cuál es tu camino? Tu camino incluye con quién sales y con quién te casas. Este camino incluyo toda tu futura vida. Quizás pienses que puedes dar forma a tu trayectoria futura, pero tu camino está en las soberanas manos de Dios.

Toma nota del criado de Abraham, que tenía la misión de encontrar una esposa para Isaac, y cómo oró para encontrar a la virgen designada por Dios. Él hace referencia a la voluntad de decreto de Dios. Sabía que Dios había predestinado en su decreto de providencia que una virgen específica fuera la esposa de Isaac. Busca tu bienestar en la soberanía de Dios sobre tu vida y confía en su sabiduría.

La forma del matrimonio reformado dice: «Por tanto no debes dudar que el estar casado es agradable al Señor, ya que hizo a Adán su esposa, la trajo y se la dio Él mismo para que fuera su esposa, dando así testimonio de que aún trae con su mano a cada hombre su esposa».

Caminando en la voluntad de precepto de Dios estarás seguro. Al escoger con quién te citarás e involucrarte en el proceso de salir, no te equivocarás cuando busques la voluntad de Dios para tu vida.


[1] Cloud y Townsend, Boundaries in Dating, 66

[2] Ibid., 68.

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