Nathan Clay Brummel
En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está. ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte. -1 Corintios 7:25-27
Dios utiliza poderosamente a los cristianos solteros para esparcir el evangelio de Jesucristo. Hoy día existen muchos solteros en el campo misionero (de hecho, las solteras son más que los solteros). Cristo, que nunca se casó, entiende y ayuda a los solteros cristianos cuando ellos buscan primero el reino de Dios.
Un ejemplo de cristiano soltero que fue usado poderosamente es J.O. Fraser, quien, a la edad de 22 años, fue al suroeste de China. Vivió como soltero en China durante 20 años, entregándose por el pueblo de la tribu Lisu. Fue el padre espiritual de muchos conversos. Vivió una vida de sacrificio por la gente que nunca había escuchado hablar de Cristo. Fue una vida muy solitaria para el único extranjero que había visto la mayoría de las personas entre las que vivió. Viajó a pie o a espaldas de una mula hacia pueblos casi inalcanzables en las montañas. Recibió de forma voluntaria su soledad y su soltería como parte de ser un siervo del Señor.
Hay demasiados solteros en la iglesia cuyos corazones no están en tomar cuidado de las cosas de Cristo como hizo este misionero. En lugar de edificar el reino, los encuentras merodeando por bares para solteros, jugando a los bolos, pescando, cazando, comprando, viajando, obteniendo posesiones materiales que no necesitan. También puedes encontrar a adictos a su trabajo.
A veces se excusan diciendo que la iglesia los ha marginado o los ha mantenido abajo. Puede que estén en lo correcto en lo que respecta a los miembros de su iglesia local, pero Dios ha llamado a los solteros al estado de soltería, y espera que la utilicen para el reino.
Pablo describió cómo debían vivir los solteros cristianos. Dijo que no han de distraerse por las cosas de este mundo, y que han de dedicarse de todo corazón a agradar al Señor Jesucristo. ¿Estás haciéndolo? ¿Estás empleando tu tiempo y energía para promover el reino de Jesús, el bienestar de la iglesia y dedicándote al evangelismo?
El ejemplo y consejo de Pablo
Pablo decidió mantenerse soltero. Ciertamente tenía todo el derecho a llevar a una esposa, como hicieron Pedro y otros apóstoles. «¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?» (1 Co 9:5). En lugar de eso, Pablo era soltero. Pero eso no le impidió aconsejar a los esposos y esposas acerca de cómo vivir en santo matrimonio.
Un teólogo defiende que existe evidencia de que Pablo había estado casado, porque los rabís lo estaban. «Para ser ordenado rabí, la ley exigía que los candidatos estuvieran casados; y si Pablo fue ordenado, se deduce que debe haber estado casado». Los rabís enseñaban que todos los judíos debían casarse para procrear.
Simon Kistemaker piensa que Pablo habla con tanto conocimiento acerca del matrimonio porque posiblemente tenía experiencia personal con el mismo. Algunos especulan que su esposa se mantuvo en el judaísmo, o que murió y él continuó siendo soltero. Pero no existen evidencias de esto.
La mayoría cree que Pablo escogió permanecer soltero porque podía vivir con autocontrol cuando tenía impulsos sexuales. La Biblia lo llama un don (el don de la prudencia y pureza con templanza) (1 Co 7:7). La palabra para don es «charisma». Tenía la gracia para practicar el dominio propio. Pablo reconoce que esto es un don dado solo a algunos, y solamente por la gracia de Dios.
¡Quería permanecer soltero para poder ser un mejor siervo para Dios! Escogió ser libre del matrimonio de forma que pudiera dedicarse a la obra de un misionero itinerante.
Veamos aún más de cerca 1 Corintios 7 para dar respuesta a las preguntas acerca del matrimonio: ¿Deberían los jóvenes cristianos casarse o permanecer solteros? ¿Deberían volverse a casar las viudas?
Algunos corintios reaccionaron de forma exagerada a la inmoralidad de Corinto, queriendo apartarse de todas las relaciones sexuales en la comunidad cristiana. Su respuesta al problema fue promover el celibato. Algunos llegaron tan lejos como para defender el divorcio a fin de convertirse en solteros. El apóstol Pablo habla en términos elogiosos acerca de la vida de soltero, llegando hasta el punto de desear que todos pudieran permanecer solteros. Hablando acerca de una viuda en el versículo 40, Pablo piensa que sería más feliz (más bendecida) si continuase siendo viuda en lugar de volverse a casar.
Motiva a los solteros y las viudas de Corinto a permanecer célibes. «Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo» (1 Co 7:7).
Pablo especialmente aconseja permanecer solteros a aquellos que tengan el don de continencia. Sin embargo, es realista, y se da cuenta de que no todo el mundo puede estar soltero. No ataca el matrimonio en modo alguno, ni contradice lo que Dios dijo en Génesis 2: «No es bueno que el hombre esté solo». De hecho, si un hombre no había recibido el don del autocontrol sexual, afirma claramente que debería casarse.
Pablo está enseñando simplemente que es honroso permanecer soltero, que una persona soltera en la iglesia no necesita defender el hecho de que él o ella no está casada. Jesús estaba soltero. Pablo estaba soltero. Ser soltero es bueno y santo, tal y como un matrimonio piadoso es bueno y santo a ojos de Dios.
El consejo de Pablo es en cuanto a la conveniencia. La cuestión es la ventaja espiritual. No tiene la intención de poner una soga alrededor de los cuellos de los viudos y solteros de Corinto. Dice: «Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor» (1 Co 7:35).
De este modo, la libertad del evangelio nos capacita para escoger lo que mejore nuestra ventaja espiritual siempre y cuando mejore nuestra devoción a Jesús, en lugar de empeorarla.
Tengo la impresión de que en nuestros días se frunce el ceño a los misioneros (así como a los pastores) solteros. ¿Cuántas sociedades misioneras escogerían enviar a un misionero soltero antes que a uno casado? Existe la idea general de que no debes casarte mientras asistes al seminario porque necesitas tiempo para estudiar. Sin embargo, entre el momento de la graduación y el primer pastorado se debería conseguir una esposa repentinamente.
En nuestra sociedad, y también en la iglesia, puede ser un poco incómodo ser soltero. Las personas solteras se sienten dejadas fuera cuando una iglesia tiene un estudio bíblico llamado «Señor y señora sociedad». Es mucho más fácil estar en situaciones sociales cuando estás casado. Cuando visitaba una iglesia estando soltero, me sentía tratado como un leproso. Tan pronto como llevé a mi futura esposa conmigo, era recibido con calidez.
Sin embargo, las cosas están mejorando para los solteros. Seguir soltero es más aceptable en nuestra cultura de lo que lo era en las últimas décadas. No obstante, muchas veces es por los motivos equivocados. La gente glorifica la vida de soltero porque, desde una perspectiva mundana, da cabida a la libertad romántica y sexual. Algunos jóvenes, en su egoísmo, no quieren verse «cargados» con hijos o la responsabilidad de una familia. No con el objetivo de servir a Dios, sino el de servirse a ellos mismos.
La crisis actual
Pablo motiva poderosamente a los jóvenes a permanecer solteros por «la necesidad que apremia» en estos últimos días (1 Co 7:26). Ciertamente, Pablo había experimentado angustias. Había sido perseguido, golpeado y apedreado.
Los judíos helenistas de Palestina que se habían convertido al cristianismo habían sido terriblemente perseguidos a lo largo del mundo, y aún lo seguían siendo. En el futuro próximo de esta carta a los corintios, los cristianos serían echados a los leones. Nerón llegaría al poder y crucificaría a los cristianos. Dado el peligro de la persecución y el martirio, no es sorprendente que Pablo considere conveniente la soltería. Sería más fácil para alguien sufrir el martirio sin preocuparse de que una espada se clavase en el corazón de su esposa, dejando atrás a sus hijos del pacto. Una soltera podía huir a otro lugar para salvar su vida, tal y como muchos cristianos ya habían hecho.
La urgencia de avanzar el reino en estos últimos tiempos relativiza otras preocupaciones. Pablo quiere que los cristianos vean la vida desde una perspectiva eterna. El tiempo es relativo. ¿Por qué quedar atrapados empleando nuestro tiempo en cosas terrenales cuando el tiempo desaparecerá rápidamente en la eternidad? La velocidad con la que estos últimos días vuelan relativiza ciertas cosas que los cristianos podrían hacer si tuvieran tiempo libre. Pero los últimos tiempos están sobre nosotros. Hombres, mujeres y niños están pereciendo en el pecado. El tiempo es demasiado corto como para postergar el llevarles el evangelio.
Pablo considera que el que los solteros estén libres de las preocupaciones que distraen a otros de trabajar para el reino es conveniente. Apunta que los que no están casados tienen un conjunto de preocupaciones de máxima importancia. «cómo agradar al Señor». Las mujeres que no están casadas «tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu» (1 Co 7:33). La mujer casada «tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido» (1 Co 7:34).
El señorío de Jesús pone todas estas preocupaciones en perspectiva. El principio general es este: «Los cristianos somos esclavos de Cristo y ya no estamos a nuestra propia disposición. Nuestro trabajo es servir a nuestro Señor. Este llamado debería absorbernos y engullirnos. Todo lo que nos ayude a servir a Jesús mejor es bueno, y lo que nos obstaculiza es malo. Hay cosas que pueden ser lícitas, pero no nos convienen».
El beneficio
Fue un gran beneficio para la iglesia que Pablo permaneciese soltero. Pudo viajar a lo largo del mundo con facilidad. No dejó atrás a una esposa o hijos para preocuparse por él o sufrir con sus largas ausencias, prisiones, o muerte. Podía vivir con escasos fondos y no tenía que preocuparse por ser capaz de proveer para una familia. Era fácil para él sustentarse y tener tiempo libre para predicar, enseñar y evangelizar.
Dios utilizó a este apóstol soltero en grandes maneras en las que no utilizó a los apóstoles casados. Pedro no podía viajar con la misma libertad que Pablo. Un hombre que tuviera que viajar con una esposa e hijos no podría seguir el arduo plan de viaje de Pablo. No digo esto para desmerecer los ministerios de los apóstoles casados. ¡En absoluto! Muchos de ellos permanecieron en Jerusalén o hicieron misiones entre los pueblos de habla judía de los países cercanos.
Dios no desea que todos viajen por el mundo para alcanzar a los perdidos. Por así decirlo, nuestros patios traseros son un campo misionero tanto como lo son las áreas remotas de Sudamérica o Asia. No se trata de dónde vamos, sino cómo lo hacemos, de la dedicación y el esfuerzo que ponemos en servir a Dios.
La capacidad de Pablo para tener más movilidad debido a su soltería lo colocaba en una posición perfecta para hacer un trabajo extraordinario. Era libre para ser parte de una misión revolucionaria a los gentiles. Digo «parte de» porque, una vez más, quiero recordar por igual a solteros y a casados, que ser soltero no te convierte en exclusivo para ser usado por Dios para una obra extraordinaria. Pablo era parte de la misión para llevar a los gentiles a la iglesia, pero fue el casado Pedro quien llevó por primera vez el Evangelio a los gentiles.
Hoy día los beneficios de los solteros para el reino son los mismos. Algunos solteros dudan de ellos, pero si toman conciencia de que es la voluntad de Dios para ellos, se vuelve mucho más fácil, e incluso emocionante, el aceptar la voluntad de Dios a ministrar sin un cónyuge.
Las iglesias tienen que proveer a los solteros con oportunidades para servir. No podemos permitir que la iglesia ahogue su energía y sus deseos. Aunque muchos padres y madres sienten el llamado del deber a pasar tiempo con sus familias, los solteros son libres para trabajar para el reino. Oremos para que Dios de a nuestra iglesia más solteros, y para que nuestros solteros tengan un papel más prominente y respetado en la iglesia.
Las mujeres solteras pueden verter sus energías en la enseñanza de los niños del pacto y de los jóvenes. Los hombres solteros pueden verter su energía en el ministerio de prisiones. Las mujeres solteras (ya sean viudas o sin casar) pueden llenar un maravilloso vacío en la iglesia. Se necesitan voluntarios en los hospitales y residencias de ancianos, donde mujeres mucho más solitarias anhelan compañía espiritual. Existen mujeres más jóvenes que necesitan maternidad. Cuando las mujeres solteras muestran misericordia así, las palabras de Isaías 58:10-11 se vuelven ciertas de ellas: «Y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz… Jehová… saciará tu alma… y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan».
Estemos solteros o casados, tenemos que recordar lo siguiente: El Jesús crucificado es nuestro Redentor y Señor, y hemos de dedicarnos completamente a Él.
En Norteamérica y todas las otras partes del mundo, incontables hombres y mujeres continúan perdidos. Por tanto, como siervo de Dios, tu objetivo debe ser buscar primeramente el reino de Jesús llevando el mensaje del Evangelio a aquellos que están perdidos, edificar discípulos, y honrar a Dios en cada parte de nuestra vida. Por eso, si estás soltero, nuestro Señor te pide que aceptes voluntariamente la disciplina relativamente pequeña de la soledad. De hecho, solo es «soledad» cuando le permites que lo sea. En realidad, tu soltería es un don de Dios para ti, un don del que puedes y experimentarás incontables alegrías, y veras que tu Señor es bueno.