Capitulo 4: La búsqueda de la pareja de vida

Nathan Clay Brummel

Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo. Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac. –Génesis 24:1-4

Una de las decisiones más críticas que una persona joven toma es la elección de una pareja. Los jóvenes han de tomar decisiones importantes, tales como si se mantendrán firmes ante la presión de grupo, si irán a la universidad, y si es así, dónde. Pero no hay decisión más importante que la elección de un esposo o esposa.

Los padres piadosos comienzan, desde que sus hijos son jóvenes, a enseñarles acerca de las citas y el matrimonio.

La mejor ventana al corazón y el alma de un joven es esta decisión. ¿Qué tipo de pareja busca una persona joven del pacto para salir o con cuál desea casarse? El mundo dice que lo que debería motivar a una persona es el atractivo físico, sus talentos y personalidad. Dios da otras motivaciones para el matrimonio.

De hecho, la Biblia es clara en que solo existe una circunstancia bajo la cual puedes casarte con alguien: Si, casándote con esta persona, podrás servir a Cristo mejor que si permanecieses soltero o te casases con una persona diferente.

La Biblia enseña que, por el bien del pacto, los estudiantes de instituto, universitarios, y adultos jóvenes, deberían citarse para casarse. Un joven cristiano quiere ser imagen del amor entre Cristo y la iglesia, y desea producir la siguiente generación del pacto según la voluntad de Dios. Por tanto, el joven cristiano debería casarse solamente por la gloria de Cristo.

¿Cómo debería una persona soltera enfocar las citas y la búsqueda de una pareja de vida? ¿Qué debería hacer un soltero cristiano si la persona con la que está citándose no está muy emocionada con ir a la iglesia y ciertamente no pasa tiempo en la Palabra? Las citas pueden resultar estresantes. Existen momentos en los que un joven pide salir a una joven que no está igual de interesada en él. Se producen rupturas y se derraman lágrimas. En ocasiones los jóvenes quieren aferrarse a un novio o novia solamente porque parece que es lo más popular socialmente. ¿Cómo puede un cristiano joven saber la manera de encontrar una pareja piadosa? Dios nos dejó el relato de la búsqueda para encontrar una pareja para Isaac para enseñarnos principios bíblicos acerca de cómo discernir la voluntad de Dios en las citas y el matrimonio.

Es notable que existan tres historias en el Pentateuco en las que una mujer se encuentra con un hombre en un pozo, y finalmente se consuma un matrimonio. Miraremos la primera, aunque en este caso es el siervo de Abraham el que se encuentra con la futura esposa de Isaac en su nombre. Más tarde, Jacob se encontrará con Raquel en el mismo pozo. El último romance que comienza en un pozo es el de Moisés en Madián. En un acto heroico, expulsa a unos desagradables pastores y da de beber a las ovejas de las hijas de Jetro.

La preocupación parental

Las Escrituras enseñan que una mujer piadosa es de gran valor: «Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas» (Pr 31:10). El hombre sabio dice: «El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová» (Pr 18:22).

Abraham tomó la responsabilidad de encontrar una esposa para su hijo Isaac. Podría ser que en los tiempos de los patriarcas se entendiera que era responsabilidad del padre asegurar una esposa apropiada para su hijo. No sabemos cómo encontró Abraham a Sara. Es probable que el padre de Abraham arreglase el matrimonio, ya que Sara era también hija suya, aunque de esposa diferente. Sí sabemos que Esaú tomó en sus manos la tarea de encontrar a su esposa (de hecho, a sus esposas). Jacob también se marchó a encontrar una esposa. Puede ser que Isaac simplemente no tomase la iniciativa de encontrar pareja. Era un chico de mamá, como resulta evidente de que aún estuviese doliéndose por la muerte de Sara tres años después de que ésta muriese. Quizás no entendía la importancia de buscar esposa. Isaac tenía cuarenta años y no parece haber tomado la iniciativa de encontrar una esposa. Abraham a buen seguro no quería que Isaac dejase la Tierra Prometida para encontrar una esposa. Temía que Isaac nunca regresase.

A Abraham le preocupaba encontrar una esposa para Isaac a causa del pacto de gracia. Él y Sara, siendo ya ancianos de edad, esperaron muchos años por este hijo. Dios había prometido bendecir todas las naciones de la tierra por medio de los descendientes de Abraham. Abraham trasladó esta preocupación por tener un hijo a la generación siguiente. Ahora quería que Isaac se casase y tener simiente del pacto.

Por el bien del pacto, los padres también pueden desear hoy un matrimonio piadoso para un hijo. Quieren ver la bendición de Dios en las generaciones futuras. Ya que Dios reúne a su pueblo en la línea de generaciones continuadas, los  padres, por el bien del pacto de Dios, quieren que sus hijos se casen en el Señor.

La preocupación de Abraham por escoger una pareja para su hijo se reveló en sus instrucciones a su criado. Algunos comentaristas afirman que Abraham no tenía calificaciones religiosas para la novia. Uno de ellos dice: «La preocupación es que la futura mujer de Isaac fuera aramea y no cananea». Es cierto que Abraham no dio instrucciones específicas a su criado para que seleccionase a una novia que creyese en Jehová. También es cierto que más tarde encontramos que Labán era politeísta y adoraba a Jehová, así como a otros dioses idolátricos. Pero la fe en Jehová ciertamente era algo que Abraham tenía en mente. Tenía preocupaciones étnicas a causa de sus preocupaciones religiosas. No quería que Isaac se casase con una cananea porque eran idólatras. Instruyó a su siervo a encontrar una novia de entre la familia de Abraham. Él sabía que su clan era un pueblo que adoraba a Jehová. Abraham quería que Isaac se casase con una mujer del pacto. Después, Dios prohibiría específicamente que un israelita se casase con una mujer cananea, ya que sería una tentación a fornicar tras otros dioses (Ex 34:16; Dt 7:3). Esta restricción era necesaria para preservar la pureza de la línea del pacto, de la que finalmente vendría la simiente prometida.

Como Abraham deseaba una nuera que proviniese de la línea de Sem, su criado operaba bajo restricciones. Debía encontrar una novia de la familia de Abraham en Mesopotamia. La novia había de estar dispuesta a abandonar a su padre y a su madre y trasladarse a la tierra prometida.

Hoy siguen existiendo restricciones para las personas jóvenes del pacto en cuanto a con quién pueden citarse y casarse. Un joven que busca una pareja para casarse ha de discernir la voluntad de Dios en cuanto a este asunto. Tiene que preguntarse primero si la Palabra de Dios descarta las citas y el matrimonio con una cierta persona. La Palabra de Dios enseña que un creyente no puede casarse con un incrédulo porque los dos no encajarán. No podrán trabajar juntos por el objetivo de la gloria de Dios. El cónyuge incrédulo mostrará ser un obstáculo para el servicio del creyente.

Una persona joven debería buscar una pareja de vida que se preocupe por el pacto de Dios. No debería ser alguien que se aburre con lo que dice la Palabra de Dios acerca de los pactos con Abraham, Noé, Israel, David o el nuevo pacto en Jesucristo. Una pareja que glorifica a Dios es alguien que ama escuchar predicar la Palabra de Dios acerca del pacto, y que quiere llevar a cabo su llamado en dicho pacto.

Las jóvenes han de tener discernimiento. Solo porque un joven que les gusta asista a la iglesia y lo haya estado haciendo toda su vida, no significa que sea un auténtico cristiano. De forma similar, solo porque un joven pueda recitar varias doctrinas de la fe cristiana, no significa que quiera vivir para Cristo. La joven debe buscar un hombre que no solo conozca las verdades de Cristo, sino que también le ame y ya esté viviendo para su gloria.

Un joven que quiere encontrar una esposa debería buscar una joven que viva de acuerdo al pacto. Algo que ha de guardarse en el pacto es un estilo de vida modesto. Es interesante que cuando Rebeca regresó a Canaán por primera vez, saltó de su camello tan pronto como vio a Isaac. Ese acto era una señal de respeto. Luego cubrió su rostro con un velo, lo cual era una señal de modestia. Un joven no solo debería buscar este rasgo espiritual de la modestia en una joven, sino también otras virtudes del pacto, no solo valores mundanos.

Orando en fe y sumisión

La hermosura espiritual y piedad del pacto del criado de Abraham se hizo evidente al llegar a Mesopotamia. En la periferia de Nahor, invocó el nombre de Jehová. Escucha lo que dice:

Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua. Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea esta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor (Gn 24:12-14).

Este siervo confiaba en el Dios de Abraham. Como miembro del pacto, estaba circuncidado. No solo estaba circuncidado físicamente, sino que también lo estaba en el corazón.

La oración es una importante característica de esta historia. El criado de Abraham nunca había leído 1 Tesalonicenses 5:17: «orad sin cesar». Pero entendía el principio de que Dios escucha y da respuesta a la oración. Si esta oración registrada en la Escritura nos indica algo, podemos asumir que en cada paso del camino este criado buscó la bendición de Dios. Este pasaje ciertamente nos enseña que los padres del pacto y los jóvenes que están en edad de tener citas deben pasar mucho tiempo en oración relacionada con encontrar una pareja piadosa.

El criado no solo confiaba en Dios, sino que también era atrevido. Pidió una señal de Dios. Tenía un profundo sentimiento de que su misión estaba en línea con la voluntad de Dios. Dios había prometido a Abraham una nación fuerte que saldría de su hijo Isaac, y, por tanto, el criado de Abraham podía estar seguro de que Dios quería que Isaac encontrase una esposa. Hoy día no siempre sabemos si es la voluntad de Dios que una persona joven se case. En ocasiones Dios quiere que los cristianos sean solteros. Tenemos que orar con una actitud de sumisión. Pedimos a Dios que le conceda a nuestro hijo una pareja piadosa si es su voluntad. La persona joven que quiere casarse, pero a la que el Señor no ha guiado hacia un esposo, ha de someterse a la voluntad de Dios. Tiene que pedir una pareja mientras sigue diciendo: «Hágase tu voluntad».

El criado de Abraham pidió una señal para indicar qué joven había escogido Dios para Isaac. Pediría agua a las jóvenes en el pozo, y la joven que se ofreciese voluntaria para la larga tarea de dar agua a todos los camellos de su caravana, sería la designada por Dios. Nótese que él tenía un fuerte sentimiento de la elección de Dios de una esposa para Isaac. Dios ciertamente es soberano sobre el matrimonio. Él ordena si una persona permanece soltera o no, y, si se casa, quién será su pareja.

Considera el tipo de pareja que el criado quería para su futuro amo. Él conectó esta señal de Dios con el tipo de cualidades que quería en la esposa para Isaac. Estaba buscando una joven que fuera acogedora y llena de gracia. La tarea no era algo que fuese razonable esperar de una joven. Implicaba extraer más de cien galones de agua, ya que el criado venía con diez camellos. Un camello puede beber más de veinte galones al día, por lo que, si una virgen se ofrecía voluntaria a dar agua a los camellos, esto sería una poderosa señal.

La audacia de la oración de este criado es impresionante. Su petición de la bendición inmediata de Dios en su búsqueda, en ese mismo día, es una notable evidencia de fe.

Aunque hoy día no podemos pedir señales de Dios, hemos de seguir orando en fe. Debemos reconocer el obrar providencial de Dios. Él abre y cierra puertas con respecto a las citas o el matrimonio.

Cuando el criado finalizó su oración, vio a una joven llegar al pozo. Apareció en escena incluso antes de que él terminase de orar. Este es el caso que se menciona en Isaías 65:24: «antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído».

La primera joven que se acercó, para asombro del criado, se ofreció voluntaria para dar agua a los camellos y procedió a hacerlo. Él esperó mientras ella hacía numerosos viajes entre el pozo y el abrevadero de los animales.

El criado no le preguntó quién era hasta que terminó. Luego descubrió que era Rebeca, hija de Betuel, hijo de Milca y Nacor. El siervo estaba abrumado de gozo. No solo había encontrado una virgen hospitalaria y compasiva, sino que era pariente de Abraham. Inmediatamente alabó a Dios por este prodigio. Reconoció que Dios había dirigido sus pasos.

Guía providencial

No fue por azar que Rebeca se acercase al pozo justo en ese momento. Del mismo modo, no fue por azar que yo encontrase a mi esposa. Dios trajo a mi esposa a mi vida por medio de una serie de sucesos providenciales que culminaron con que nos sentamos uno junto al otro en una representación de El Mesías un diciembre en Grand Rapids, Michigan. Me he maravillado viendo a jóvenes solteros que se preguntaban si alguna vez se casarían, pero a los que Dios, en su tiempo llevó a la persona perfecta para ellos. Dios hace a la mujer de tal forma que se combinará con el hombre que fue hecho para ella. Luego Dios gobierna las decisiones y los sucesos para juntar a un hombre y una mujer.

Rebeca discernía la voluntad de Dios. Como su hermano y su padre, vio a Dios obrando en su encuentro con el siervo de Abraham. Cuando se le presentó la pregunta de si quería o no partir hacia Canaán inmediatamente, mostró que tenía la fe de Abraham. A pesar de que irse inmediatamente con el criado significaba que se separaría permanentemente de su familia, que viajaría a través del desierto con alguien que acababa de conocer, y que se casaría con un hombre que nunca había visto, Rebeca respondió: «iré». No hay nada en la historia que se registra de la vida de Rebeca la pone más en la verdadera línea espiritual de Abraham que esta decisión. Tal y como Abraham fue llamado a salir de Harán y obedeció, ahora Rebeca escuchó el llamado de Dios para trasladarse a Canaán. Tal y como Abraham obedeció a Dios inmediatamente «en ese mismo día» cuando Dios le dijo que circuncidara a sus varones, Rebeca respondió a Dios no solo con obediencia, sino con una obediencia inmediata.

Isaac y Rebeca eran una pareja hecha en el cielo. Esto no quiere decir que fueran perfectos. Conforme pasa el tiempo, vemos que ambos tienen defectos. Pero estaban destinados por Dios el uno para el otro. Se nos dice que, después de su matrimonio, Isaac la amó y fue consolado.

A veces en las citas se han de tomar decisiones difíciles. El soltero que atesora el pacto de Dios y busca una pareja que pueda ayudarle a servir mejor a Cristo puede esperar la bendición de Dios en sus decisiones.

Recuerda, el tema tanto de las citas como del matrimonio es la gloria de Jesucristo. Existimos solamente para su gloria.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s