Reflejando el amor de Cristo y su novia
Nathan Clay Brummel
Prefacio
¿Existe en este mundo alguna relación más importante que la que hay entre un esposo y su esposa? Es en la relación matrimonial en la que tenemos una ventana hacia el alma de otra persona de forma preeminente. Es precisamente en esta relación íntima como esposo y esposa en la que los cristianos han de mostrar su fidelidad a su Maestro. No existe nada que sea un testimonio tan poderoso al evangelio de Jesucristo como los matrimonios en los que los esposos aman como Cristo y las esposas se someten como la Iglesia.
Dios es el protector de los matrimonios del pacto. Él dio el séptimo mandamiento porque ama a las esposas e hijos del pacto. Sabe la gran bendición que es para una familia cristiana cuando papá y mamá viven en fidelidad el uno con el otro.
¿Estás protegiendo tu matrimonio? Hemos de proteger nuestros matrimonios como Cristo hace con el suyo. No permitirá que nadie se interponga entre Él y su novia. Él está celosamente comprometido con nosotros. Nos ama de forma perfecta. No permitirá que el diablo nos seduzca para alejarnos de Él. Necesitamos la gracia para capacitarnos a proteger nuestros matrimonios.
Este libro discurre acerca del plan de Dios y su propósito para el matrimonio como la relación de pacto perdurable que le da gloria. El primer capítulo habla acerca de la búsqueda de una persona piadosa para ser compañera de vida. El cristiano soltero debería tener citas a fin de casarse para toda la vida. En el capítulo dos, se exhorta a los cristianos solteros a atraer una pareja por medio de la modestia y la hermosura espiritual.
En el capítulo tres, los esposos cristianos son llamados a ser hombres. Dios bendice a las familias en las que los esposos ejercen el liderazgo por el bien de sus esposas e hijos. En los capítulos cuatro y cinco se explora el plan de Dios acerca de cómo deben vivir juntos una esposa y un esposo en gozo y unidad. La prescripción de Dios para la bendición en el matrimonio es que el esposo esté dedicado a sacrificarse por su esposa, mientras que la esposa se somete con gozo al liderazgo de su esposo.
En el capítulo seis, hablamos acerca del importante tema de las finanzas, y cómo Dios quiere que las parejas cristianas amen a Cristo más que a sus posesiones terrenales. La enseñanza radical de Jesús acerca de la permanencia del voto matrimonial se examina en el capítulo siete.
En los dos últimos capítulos, examinamos lo que la Palabra de Dios dice acerca de que la naturaleza del vínculo matrimonial es para toda la vida. En primer lugar, veremos la denuncia que hace Juan bautista acerca del matrimonio ilícito del rey Herodes con Herodías. En segundo lugar, veremos cómo Jesús condena el volverse a casar después del divorcio sin dar ninguna excepción.
Es importante que los esposos y esposas cristianos entiendan lo que Dios dice acerca de cómo han de actuar en el estado matrimonial. Cuando el esposo y la esposa entienden que Dios los llama a la fidelidad mientras ambos vivan, tienen el solemne deber (que también es un gozoso llamado), a comprometerse el uno al otro de por vida, para su propia felicidad, el bienestar de su pareja, el bien de sus hijos, y la gloria de su Dios.
Capítulo 1: Soltero para Cristo
El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. – 1 Corintios 7:32
Creo que estoy cualificado para escribir acerca de la soltería, porque fui soltero hasta los 27. Comparado con mis hermanos y amigos, era un «anciano» cuando me casé. Esto significa que sé exactamente lo que es visitar una iglesia siendo soltero (el chico a que todo el mundo valora, intentando saber quién es y qué es lo que pretende). También estoy seguro de que cuando después visité la misma iglesia con mi prometida, la gente fue más acogedora, porque los chicos solteros dan un poco de «miedo».
También baso mis cualificaciones en que, ya que el apóstol Pablo, que no estaba casado, podía escribir acerca de las parejas que sí lo estaban, entonces yo, que ahora estoy casado, puedo escribir acerca de los solteros.
Estoy agradecido por cómo el Espíritu Santo lleva al creyente soltero a la comunión de la Trinidad, especialmente cuando no existen oportunidades para la intimidad con amigos humanos.
Aunque ahora estoy casado, sigo teniendo aprecio por los solteros de la iglesia. Sé lo que es estar soltero mientras ves a todos tus amigos y hermanos casarse. Sé la soledad de estar soltero. En mi caso, también me trasladé lejos de mi familia para asistir a la escuela y después a la universidad, así que sé cuán precioso es Jesús para el cristiano soltero. También sé que ser soltero tiene sus desafíos, tal y como los tiene estar casado.
Soltero o casado, nuestro primer objetivo debería ser honrar a Cristo con nuestras vidas. Quiero que las parejas casadas lo estén para la gloria de Cristo y el avance de su reino. Y quiero que los solteros lo sean para Cristo.
La voluntad de Cristo para tu vida
Los solteros cristianos toman decisiones constantemente acerca de su tiempo, actividades, y cómo gastar su dinero. Es necesario que la voluntad de Dios juegue un papel prominente en estas decisiones vitales. Desafortunadamente, muchas de estas decisiones se hacen sin buscar la voluntad de Dios.
Esto hace que te preguntes: ¿Cómo puedes saber cuál es la voluntad de Dios para tu vida? ¿Te preguntas qué es lo que quiere Dios que hagas? ¿Te preguntas a veces cómo puedes conocer la voluntad de Dios? Aunque cada uno de nosotros fue creado para propósitos específicos, conocer la voluntad de Dios para tu vida no exige que resuelvas algún gran misterio o escudriñes los confines de la tierra. La voluntad de Dios para tu vida ha sido revelada en la Escritura.
Muchos cristianos no le piden a Dios con suficiente frecuencia que les revele su voluntad para sus vidas. Van por la vida haciendo las cosas a su manera. Pero otros caen en el error opuesto: no hacen nada porque están demasiado ocupados intentando averiguar si cualquier cosa que quieran hacer es la voluntad de Dios.
Si estás soltero y quieres conocer la voluntad de Dios para tu vida de soltero, 1 Corintios 7 te dice exactamente lo que necesitas saber. La voz de Pablo es la de un pastor con profundo cariño por los cristianos solteros. La Palabra de Dios tiene mucho que decir acerca de cómo debe vivir el cristiano soltero, dándonos un atisbo de la hermosura espiritual del soltero cristiano.
Dios espera que el cristiano soltero tenga una sola preocupación con las cosas que pertenecen al Señor. La voluntad de Dios es que los cristianos solteros tomen ventaja de la falta de distracciones en su vida que suponen preocupaciones en la vida en matrimonio (1 Co 7:35). Como el hombre cristiano soltero no está casado, no tiene necesidad de tener «cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer» (1 Co 7:33). Esto mismo es cierto para la mujer cristiana soltera, y se repite en el versículo 34. La palabra «mundo» se utiliza aquí en un sentido positivo. Se refiere a las preocupaciones mundanas de un hogar ordinario. La esposa intenta agradar a su esposo trabajando en casa y supervisando a los hijos. Las preocupaciones de una vida de casados se describen con la palabra «congoja»: «Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja.» (1 Co 7:32). Se refiere a una preocupación o afán. También conlleva la idea de ser estirado en diferentes direcciones.
El hombre casado tiene un doble deber, es decir, preocuparse de las necesidades de su esposa e hijos y dedicar su tiempo a la obra de la iglesia. Cuidar de nuestra familia es una preocupación válida y necesaria, pero limita el tiempo que podemos pasar trabajando para el Señor. El matrimonio impone exigencias sobre nuestro tiempo y energía. Por su naturaleza misma, divide nuestra atención. Es imposible que dos personas estén casadas sin tener algún tipo de carga.
Los malos entendidos y los conflictos en el matrimonio siempre están presentes en cierto grado. En 1 Corintios 7:28, el apóstol Pablo dice que las parejas casadas «tendrán aflicción de la carne». Este es el resultado de que dos pecadores vivan juntos. Se producirá el dolor en el corazón de criar hijos pecadores. La enfermedad también producirá una preocupación y angustia considerable.
No me malinterpretes. El matrimonio no evita el tener una gran devoción al Señor, y la soltería tampoco la garantiza. Sin embargo, la soltería tiene menos obstáculos. Así pues, ¿está Pablo elevando la vida de los no casados por encima de aquellos que sí lo están? No.
Es cierto que el cristiano soltero tendrá más tiempo para dedicarlo a la causa de Cristo y la iglesia, pero finalmente está haciéndose eco del llamado de Dios sobre todos los santos a servir al Señor de todo corazón. Tanto casados como no casados deben estar completamente dedicados al Señor.
Este pasaje indica claramente que el matrimonio no es la única distracción a la hora de cuidar de las cosas del Señor. Las «cosas del mundo» llegan desde muchas fuentes, interrumpiendo la vida de fidelidad. La vocación o los empleadores pueden hacer exigencias a los solteros que implican trabajar más por una paga mayor. Esto a su vez hace que las cosas de este mundo estén al alcance y resulten muy atractivas. Debes evitar condiciones que lleven a un exceso de ocupación. No permitas que el «excesivo trabajo» obstaculice el camino del servicio a Dios. Spurgeon dice:
Si puedes servir a Dios mejor teniendo una docena de tiendas, tenlas; pero conozco a personas a las que Dios ha bendecido en una tienda, y han perdido su bendición cuando debieron y necesitaron abrir dos o tres.
¿Para qué vives? ¿Dónde está puesto tu afecto? ¿En qué inviertes tu energía y dinero? Si estás haciendo algo que no glorifica a Dios, directa o indirectamente (por tu actitud y carácter), entonces tienes demasiadas «tiendas». En otras palabras, esas cosas son las que adoras.
Los solteros cristianos deberían ser conscientes de los peligros de centrarse en uno mismo. De forma similar, la pareja y un matrimonio pueden convertirse en un ídolo.
Amar las cosas de este mundo (sean tangibles o intangibles), puede tentarnos a gastar nuestros ingresos «de desecho» en cosas que codiciamos. Jesús dijo: «La vida de un hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee».
Juan Calvino apunta que algunas personas solteras toman ventaja de su falta de preocupaciones para pecar: «Añadido a esto están los muchos viles fornicarios que se abstienen del matrimonio con el propósito mismo de tener una mayor libertad para la indulgencia en la lujuria, y que su vicio no se haga evidente».
Toma voluntariamente las decisiones grandes y pequeñas para colocar los asuntos de Cristo por encima de tu ocio, entretenimiento o el tipo equivocado de amigos. Mantente alejando de perseguir aquellas cosas que de forma natural tiendan a promover las preocupaciones. Tómate el tiempo para estudiar la Palabra de Dios y pasar tiempo con los santos.
La voluntad de Dios es que el soltero cristiano sea como el que el apóstol Pablo describe. ¡Qué hermoso es el cristiano soltero que «tiene cuidado de las cosas del Señor» (1 Co 7:32)! Es espiritualmente hermoso. Las cosas del Señor son los actos que Cristo requiere de su pueblo como profetas, sacerdotes y reyes.
Mientras vivimos aquí y ahora y sin ignorar el presente, hemos de atender a las cosas del Señor preocupándonos y atendiendo a los santos, edificando a los hijos de la iglesia, promoviendo el crecimiento mutuo en la Palabra de Dios, y ocupándonos en la oración de intercesión. Las causas del Reino (los orfanatos cristianos, los asilos cristianos, las escuelas e institutos cristiano ciertamente están también incluidos en las «cosas del Señor»).
¿Encajan contigo la descripción que hace el apóstol del soltero cristiano piadoso (y me refiero a eso en la mejor de las maneras)? ¿Estás haciendo un buen uso de tu libertad respecto a las preocupaciones familiares para servir al Señor sin distracciones? Recuerda: Tu mayor objetivo es vivir una vida agradable al Señor.
Hodge escribe: «Decir que las mujeres casadas, por el hecho de serlo, son menos santas que las no casadas sería impugnar una ordenanza divina y contradecir toda experiencia». Pero el énfasis de esta frase está sobre la santidad entendida como consagración o dedicación. Ella está libre de preocupaciones que la distraigan, por lo tanto, puede entregarse completamente a Cristo.
Hodge escribe también: «Y es en el mismo sentido general de consagración, que la santidad de las vírgenes se predica aquí como algo distinto de las esposas». La mujer soltera se consagra al Señor porque no tiene restricciones al hacerlo. Tiene un tiempo para concentrarse en crecer en santidad y luchar contra el pecado que una ocupada madre no tiene en su hogar. No tiene múltiples niños que están constantemente llamándola por su nombre cuando se sienta a leer la Biblia.
Calvino considera las palabras del apóstol Pablo cuando comenta: «No existe castidad agradable al Señor que no se extienda al alma, así como lo hace al cuerpo». La santidad involucra a toda la persona, en cuerpo y espíritu.
El papel de siervo
El principio primordial es que el soltero cristiano es un siervo del Señor Jesús. Ya que perteneces al Maestro, le debes servicio. No te perteneces a ti mismo. En la cruz Jesús compró y pagó por ti. Te libró del diablo y te liberó para ser uno de sus siervos. Las posesiones que tienes no son tuyas, pertenecen a Cristo. Tu casa, tus juguetes, todo lo que tienes pertenece a otro. Pero, lo que es más importante, tú (en cuerpo y alma) perteneces a otro. Tu Maestro pide que utilices tus dones para la edificación del cuerpo de Cristo, y espera que seas testigo de su gracia en palabra y obra. Por tanto, no es opcional. Preocuparse de las cosas del Señor, es algo que se requiere. Es reconfortante saber que el yugo de tu Maestro es ligero. Tu Maestro te bendice con muchas cosas buenas. No deberías desear que tu Maestro requiriese dar menos y servir menos; en lugar de eso, deberías estar agradecido por todo lo que te ha dado.
El trabajo principal del siervo cristiano es glorificar a Cristo sirviéndole. Todo en la vida debería estar subordinado a este gran llamado. Cristo tiene el derecho a exigir y esperar que los esclavos que compró y por los que pagó sirvan feliz y resueltamente a Aquel que los redimió sobre la cruz.
Dios no llama a los solteros a tener cuidado de las cosas del Señor solo si se sienten socialmente cómodos en una iglesia donde muchos de sus iguales están casados y con hijos. Dios no espera que los solteros tengan cuidado de las cosas del Señor solamente si el consistorio les contacta y los llama a un acto específico de servicio.
La urgencia de los tiempos
Existen tres «categorías» de urgencia. La primera, es tomar cuidado de las cosas del Señor sin distracción, porque el fin vendrá pronto: «porque la apariencia de este mundo se pasa» (1 Co 7:31).
Pablo tiene una perspectiva escatológica. Mira a la vida actual en términos del final, lo cual es correcto puesto que estamos en los últimos tiempos. Pablo siente la urgencia de los tiempos.
La naturaleza transitoria de las cosas terrenales muestra la necedad del soltero cristiano que decide casarse para disfrutar de los beneficios de la vida matrimonial a costa de la naturaleza eterna de las cosas espirituales. Los solteros cristianos deben vivir como «gente de los últimos tiempos». Vives en esperanza del futuro. Ves que este mundo está envejeciendo. Ves las señales de los tiempos. Esto nos libera de las garras de este mundo pecaminoso y sus valores. Los cristianos solteros no están controlados por el sistema del mundo y sus valores.
A Juan Calvino le encantaba emplear la analogía de un teatro para describir las cosas espirituales. Veía todo el mundo como un teatro en el que se mostraba la gloria de Dios. Cuando el reformador de Ginebra comentó sobre 1 Corintios 7:31, acerca de cómo la apariencia de este mundo pasa, se refirió a Pablo: «Parece, sin embargo, que hace una alusión a las representaciones teatrales, en las que el telón se levante en un solo movimiento y se presenta una nueva apariencia, y aquellas cosas que capturaban los ojos de los espectadores con asombro ahora son inmediatamente retiradas de su vista». Calvino termina explicando la vanidad del mundo diciendo: «No existe nada que sea firme o sólido; todo es un simple espectáculo, una apariencia externa».
En segundo lugar, la brevedad de tu vida enfatiza el valor de las cosas eternas. «Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen» (1 Co 7:29).
La brevedad de esta vida no solo debería dar color al punto de vista de los solteros cristianos acerca del matrimonio, sino al enfoque y aproximación a todas las cosas. La falta de permanencia de esta vida debería colorear el punto de vista cristiano del matrimonio: el matrimonio no es para siempre. La brevedad de la vida evita que el cristiano encuentre su mayor gozo en ciertos placeres de esta vida. El cristiano no debería verse tan envuelto por las posesiones que se olvide de que es un peregrino aquí, y que su verdadero tesoro está en otra parte.
En tercer lugar, la persecución de los últimos tiempos se presta a la urgencia: «a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está» (1 Co 7:26). Para los que se casan, dejar atrás una viuda y unos hijos es algo difícil. En los tiempos en que Pablo escribió, Nerón estaba ya persiguiendo cristianos. Hoy día se está preparando otra ola de persecuciones. Conforme la situación se deteriora, hallaremos que las palabras de Pablo tienen una relevancia cada vez mayor para nuestros días. Cada vez más los cristianos hallan que son la única minoría que puede ser menospreciada y ridiculizada de forma segura. Las amenazas de acciones legales crecen cada día. El hombre que no está casado no tiene que proveer y proteger una familia en tiempos de angustia o persecución.
Consejería matrimonial
Pablo quiere aconsejar a un cristiano soltero que esté contemplando la posibilidad de casarse. La pregunta básica es la siguiente. ¿Pondrá el matrimonio (con sus preocupaciones) obstáculos en tu servicio a Cristo de forma innecesaria?
El soltero cristiano siempre debe consultar la voluntad de su Señor y Maestro. La pregunta a la que te enfrentas es: «¿Glorificaré mejor a Dios casado o sin casarme?» ¿Puede alcanzarse un equilibrio de forma que de verdad puedas ser un mejor siervo de Cristo estando casado? El soltero cristiano debería examinar su estilo de vida y sus objetivos de la misma forma en que lo hace Pablo. Pablo no sugiere que sea imposible que una persona casada sirva a Dios de manera aceptable; sin embargo, su punto es que ese matrimonio podría llevarlo a distracciones.
Esto no significa que un cristiano soltero debería permanecer así si Dios lo guía hacia una mujer piadosa con la que exista una atracción espiritual mutua. Pablo afirma que él no quiere tender un lazo (es decir, poner una correa en los solteros cristianos).
Hodge dice: «Los votos de celibato son un lazo, y aquellos que los toman son como un animal atrapado en una red».
Pablo es el gran campeón de la libertad cristiana. ¡Su intención no es echar una cuerda o atadura alrededor del cuello de los santos liberados exigiéndoles el celibato! Él quiere que los solteros cristianos tomen decisiones acerca del servicio que sean oportunas y apropiadas. El objetivo es ver cómo una persona puede servir mejor a Cristo. Pablo nos da un filtro inspirado a través del cual ver los temas del estilo de vida, servicio, matrimonio y vida de soltero porque quiere que los santos sean libres de cualquier cosa que pueda distraer sus mentes del servicio al Señor. Pablo prefiere la vida de soltero simplemente en base a la conveniencia, y no en base a que sea un estado más alto de virtud.
La recompensa
Para los cristianos solteros existe una bendición en caminar según la voluntad de Cristo. El apóstol Pablo experimentó la bendición de la expansión del evangelio a lo largo de Asia Menor, Grecia, y todo el mar Mediterráneo. Observó cómo Dios en su gracia lo usó como cristiano soltero para esparcir las buenas nuevas del Evangelio. La fidelidad de los solteros cristianos se convierte en un camino para que Dios bendiga a otros. Es feliz ahora, pero también espera la felicitación de Cristo.
El Señor trae la bendición del crecimiento espiritual, la piedad y la utilidad en la iglesia a aquellos que le sirven. Dios también le da mayores responsabilidades y oportunidades a aquellos que han empleado sabiamente sus talentos (tanto solteros como casados).
Hay gozo en ver al pueblo de Dios consolado y edificado en la fe. A aquellos que permanecen solteros por el reino les aguardan recompensas eternas.